martes, 27 de septiembre de 2016

La olla hirviente de la responsabilidad

Que se haya abierto en Cuba un paisaje de conflictos y desafíos con la palabra le da miedo a algunos, lo siento, a mí me da mucha paz. Todo eso forma parte de ese conocernos que tanto necesitamos los cubanos para seguir y seguir adelante con ese camino pleno de aprendizajes que es la construcción del compromiso con las luchas liberadoras. Difícil, agónico, pero donde hasta el momento, con más bondades que desgracias, el gobierno cubano ha logrado mantener la independencia del proyecto revolucionario y la paz necesaria para que el diálogo lo fortalezca.

Para nadie es un secreto que solo el ser humano activo, con la conciencia, la voluntad y la decisión firmes de participar en las transformaciones sociales, puede aportar algo a la Revolución. Para muchos, por no decir todos, desde que Cuba entró en el llamado Periodo Especial, muchas, muchas cosas empezaron a ser de otra manera y ello, necesariamente, habría de plasmarse en una muchedumbre que, a pesar de la belleza del heroísmo en la resistencia popular sostenida, se vería definitivamente afectada en sus pensamientos y sentimientos más legítimos. Así anda Cuba por el mundo, y la muchedumbre que la sigue, llámese oficial, alternativa o como quiera llamarse en su más exacta responsabilidad, es la olla hirviente más libre, entusiasta e irrefrenable con que soñó la generación histórica de la Revolución. Es que aquellos sabían que el camino continuaba y que nunca sería fácil.

Es indudable que se cometerán grandes fallos, pero ¿de qué fallos no se levanta el ser humano cuando su principio es levantarse? ¿Es que acaso aquella magnífica generación no cometió grandes fallos? Por ello todos vivimos entre las órdenes de otros con que se va formando el cuerpo legal de una nación. Es el mejor invento de la historia para imponer el abrazo y la fraternidad, porque la libertad, si no es compartida, no pasa de ser como el viento que siempre pasa, nos roza si acaso, y se va.

Soy optimista: Cuba posee un gran espacio para la felicidad.

(También publicado en El Periódico, Catalunya, bajo el título "Así anda Cuba por el mundo")

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