miércoles, 22 de julio de 2015

El palco del Ayuntamiento de Barcelona en el Liceu


Publica hoy “La Vanguardia” declaraciones de la alcaldesa de Barcelona en Comú Ada Colau: "hemos escuchado todo el tiempo que no había dinero y luego ves que hay dinero debajo de las piedras para todas las cosas". Tras poner el ejemplo de organizaciones privadas que llaman al Ayuntamiento "porque van a hacer un congreso y les parece normal que les pongan un aperitivo de 14.000 euros", señaló que "hay acuerdos del ayuntamiento con determinadas instituciones culturales de 100.000 euros para que los concejales cuando quieran puedan ir a un espectáculo de forma gratuita en un palco. Se alquila un palco para los concejales".

Ni idea tenía yo, al igual que muchos, de que el Ayuntamiento de Barcelona tenía un palco en el Liceu que le cuesta más de 100 mil euros. Tampoco sabía que, además del palco, el elitista teatro de la Rambla recibe una subvención del propio Ajuntamiento de la ciudad. Y jamás me pasó por la cabeza de que también otorgaba alguna “ayuda” al Fútbol Club Barcelona y, bueno...

En el diario digital Público también se publicó que “el medio catalán Crític ha radiografiado una a una todas las subvenciones realizadas por Trias en el año 2014 que han sido publicadas en el Portal de Transparencia municipal, entre las que se encuentran los cinco millones de euros entregados al Mobile World Congress o los cuatro millones a la Fórmula 1.”

Ayer dijo Romeva en Els Matins de TV3 que en las próximas elecciones catalanas “si no gana el sí a la independencia no tiene sentido estar en la oposición”. Entonces, ¿no cree que vale la pena seguir defendiendo la independencia si ahora no se gana? ¿Su lucha sólo tiene una oportunidad en esta vida? ¿Qué pensarían las anteriores generaciones de catalanes que nunca se cansaron en sus luchas? Pero, bueno, es excelente que Romeva diga lo que piensa. Y sería también excelente que todos los que aparezcan en las diversas Listas se pronunciaran sobre todo, incluído cuántos millones de euros del erario nos cuestan todas las elecciones que realizamos. Porque precisamente lo que hará verdaderamente “plebiscitarias” las próximas elecciones catalanas es que los votantes lo sepamos todo sobre todo y no sólo sobre una cosa que, maravillosamente, invita a averiguar qué se hace con cada palabra, con cada euro y con todas las cosas que aportan las clases trabajadoras que hacen un país.

Dios mío, ¡si salieran todas las cosas que fundamentan la soberanía de un pueblo las elecciones no sólo serían “plebiscitarias” sobre ella, sino que también podrían ser, de paso, judiciales y que conllevaran sanciones penales para todos los que la han impedido o violado! Las elecciones entonces serían una cuestión de sanidad pública, que es el mayor valor de una sociedad. Sabe Dios, y no nosotros, cuántas anormalidades han impulsado impunemente muchas actuaciones de ajuntamientos, consejos comarcales, diputaciones y las distintas comisiones del Parlament y de la Generalitat de Catalunya, y, bueno, no solamente de aquí, sino de todas las entidades públicas de España. Si pudiéramos llegar a todo, ¿de cuántas cosas curiosas nos enteraríamos? Y además, ¿cuánto dinero podríamos sacar debajo de las piedras para tanta gente que se está hundiendo por el marasmo en que algunos nos han puesto a movernos? Sería excelente, como se pide bastante a menudo, poder realizar una auditoría de la Deuda de las instituciones públicas, pero seguramente sería también excelente, sin recurrir a Dios, poder hacer una auditoría de todo lo que se hace con el dinero público en todas partes. Todo podría ser tan claro, tan rotundo. Sería lo más excelente del procés català saber un poco más de todo antes de votar el 27S.



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